Aparte de Sol, playa, montaña y tradición, Valencia es una ciudad donde se puede encontrar una gran variedad de paisajes y actividades para todos los gustos. Y para todos los gustos también es su gastronomía.
En Valencia se disfruta del buen tiempo durante casi todo el año y, en los días soleados, las terrazas de las arrocerías se llenan de turistas que quieren saborear el plato valenciano por excelencia, la paella. Pero «no solo de paella vive el valenciano»: la oferta gastronómica de Valencia va mucho más allá.
Gracias a su situación, la Comunidad Valenciana puede presumir, además de los arroces, del pescado y marisco fresco que llega cada día a las lonjas de todo el litoral, como el «peix de Santa Pola«. Con este distintivo se conoce al pescado y marisco fresco con denominación de origen que llega a diario a la lonja de este municipio pesquero alicantino.
Algunas de las especies que llegan al Puerto de Santa Pola son: salmonete, brótola, gamba roja, quisquilla, cigala, pulpo, calamar, jibia-sepia, galera, sardina, anchoa, pez espada, dorada y rape, entre otras muchas.
Las propiedades nutritivas del «peix de Santa Pola» y su bajo contenido calórico hacen de este un alimento ligero y altamente recomendable para una dieta sana y equilibrada. Además, sus cualidades permiten que se pueda cocinar de muchas formas diferentes: cocido, a la plancha, frito, al horno, en caldereta o en escabeche, son algunas de las más comunes.
Un paseo por la playa, un baño en el mar, si el tiempo lo permite, y sentarse en la terraza de una buena arrocería o un buen restaurante en la Malvarrosa a degustar la rica gastronomía valenciana acompañado de familia o amigos es siempre un buen plan dentro de la amplia variedad de actividades que esta ciudad al borde del Mediterráneo nos ofrece.