El gazpacho, la imprescindible sopa para después de la playa

El gazpacho es una sopa fría que es sinónimo de verano, un plato perfecto para refrescarse después de una mañana en la playa. Aunque está adquiriendo fama internacional, es un plato típicamente español y característico del recetario mediterráneo ibérico y, por descontado, de Valencia.

Los ingredientes canónicos proceden principalmente de América, pero el origen del gazpacho es anterior a su llegada a Europa. Esto, que parece paradójico, es en realidad una demostración de la fuerza del concepto “gazpacho”: una sopa fría para combatir el calor del sur español, más que una receta única. Admite tantas variantes como se imagine.

Esa capacidad de adaptación ha traído muchísimas recetas que tienen como tronco al gazpacho andaluz, del que surgen múltiples ramas: con o sin pan, con y sin ajo, con diferentes aceites y vinagres, con más o menos tomate, pimiento y pepino (o sin ellos), con frutas o frutos secos, con otras hortalizas (zanahoria, cebolla, apio…). Sin embargo, lo que hace que un gazpacho sea delicioso, más que sus ingredientes, es la calidad de los mismos. Y el producto valenciano es perfecto para este objetivo.

En efecto, en un plato como el gazpacho, cuya preparación sólo requiere un buen batido y por lo tanto no se puede enmascarar con salsas o elaboraciones complejas, es el producto lo que marca la diferencia. Hay que usar, por principio, un buen aceite de oliva y un vinagre apropiado, y sobre todo unas hortalizas de primerísima calidad. Para garantizarlo deben ser productos de temporada, cultivados en proximidad y recién recolectados. No es posible hacer un gazpacho riquísimo con tomates madurados en cámara o pimientos de mil kilómetros.

Por eso se recomiendan las hortalizas de la vega valenciana para hacer el gazpacho más sabroso, perfecto para refrescarte antes de una paella en una buena arrocería.

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