Cualquier viaje a Valencia no puede estar completo sin una serie de paradas obligatorias. Un paseo por la espectacular Ciudad de las Artes y las Ciencias, una visita al tradicional Tribunal de las Aguas donde dejarse sorprender por esta forma tan especial de hacer justicia, o un itinerario por las calles más populosas de la Valencia medieval son algunas de ellas. Y otra es, claro, comer una deliciosa paella en alguna arrocería de especial fama entre los valencianos.
Y es que la paella ha pasado de ser una comida a convertirse en casi un símbolo de la zona levantina, donde cada restaurante tiene su pequeño secreto para conseguir que quede perfecta y con un toque personal que nadie más puede conseguir. Por eso la paella, un plato aparentemente sencillo, puede llegar a altas cotas de sofisticación y terminar por complacer a los paladares más exigentes.
Si estás en Valencia puedes añadir, además, la increíble sensación de disfrutar de la paella frente al mar, tras unas amplias cristaleras que te permitirán gozar de la inmensidad del Mediterráneo y de los mil tonos de azul que el sol dibuja sobre las aguas. Saborear una buena paella en la Malvarrosa es un placer que todo el mundo debería concederse, ya que unirás una gastronomía milenaria y la relajante contemplación del mar en un único acto. Casi podrás sentir el rumor de las olas rompiendo a pocos metros de ti mientras disfrutas del punto perfecto de cocción y sabor que se consigue en una de las mejores arrocerías de Valencia.
Comer una paella en Valencia casi en la misma playa, con una buena compañía y con unas vistas inmejorables es, sin duda, la mejor forma de disfrutar de la magia del Mediterráneo y de la satisfacción que los pequeños placeres pueden llegar a proporcionar.
