La repostería tradicional de Valencia cuenta con una gran variedad de productos de calidad excepcional. El famoso turrón de almendra y miel o las deliciosas magdalenas valencianas son solo un pequeño ejemplo. Su larga tradición ha sorteado el paso del tiempo para llegar a nuestros días y ofrecernos sus dulces de marcada influencia musulmana, elaborados a base de frutos secos y miel.
Todavía hoy, en cualquier buen restaurante de la playa de la Malvarrosa, la bonita playa urbana que posee la ciudad, se puede pedir algún dulce típico que hace las delicias de los más golosos.
Una ciudad también la componen su tradición y gastronomía, y de esto Valencia tiene mucho. Desde la paella a la horchata, sus productos enriquecen y honran la memoria y cultura popular.
Degustar en la festividad del 9 de octubre el delicioso mocador, la típica bandejita de dulces elaborados con mazapán, es también acercarse a su historia y cultura. Los valencianos festejan en esta fecha el día de su comunidad y el de san Dionisio; para ellos patrón de los enamorados, regalándose los novios los dulces de San Dionís, una bandejita de mocador.
En función de las festividades, también se consumen los huesitos de santo, así como los deliciosos panellets o los buñuelos de viento, que coinciden con el día de Todos los Santos. En Semana Santa, la mona de pascua, los rosegones o el panquemado son los protagonistas. Se elaboran con harina, huevo y azúcar, y el último se completa con huevos pintados o chocolate.
No se pueden olvidar los deliciosos «fartons» que se mojan en la horchata, el pastel de calabaza y almendras conocido como arnadí o el tradicional «arrop i tallaetes», un almíbar de mosto de uva. Todas estas recetas han pasado de padres a hijos, manteniendo viva una tradición centenaria que compone la identidad y alma de los valencianos.