Valencia sabe a horchata de chufa. En cualquier arrocería de la playa o restaurante de la Malvarrosa donde comer una deliciosa paella para comer, está la tentación de tomar una suave y fresca horchata de chufa durante la sobremesa. Y es que esta bebida es mucho más que un refresco; es un símbolo de la gastronomía valenciana. Su olor, sabor y textura la convierten en toda una experiencia para el paladar más refinado.
Horchata, tentación irresistible… y muy nutritiva
La receta de la horchata de chufa es muy sencilla: agua, azúcar y chufas. Con estos tres elementos, se crea una bebida que no es solo dulce y refrescante, también resulta muy nutritiva por las propiedades que le aporta el tubérculo de la chufa. Se acostumbra a beber en verano, pero la verdad es que es un refresco apto para todo el año. Y es que su textura al paladar, a caballo de manera indefinible entre el agua y la leche, convierte a la horchata en una tentación irresistible en cualquier momento.
Viendo lo sabrosa que resulta la horchata, no es extraño que los egipcios y los árabes ya usaran las chufas para hacer algunos postres. De hecho los egipcios las valoraban tanto que las usaban como parte del ajuar de los faraones. La leyenda de este alimento es tan amplia que en los siglos XIII y XIV ya aparecen referencias a la chufa en textos valencianos.
Pero la horchata no es buena solo por su sabor y su aroma únicos. También es un alimento que merece la pena tener en cuenta por su aporte nutritivo y porque no contiene elementos estimulantes, lactosa ni gluten. Por lo tanto, es apta para celíacos, niños, embarazadas y ancianos. La bebida perfecta que aún podemos mejorar acompañándola de «fartons», una variedad de bizcocho genuinamente valenciana que se moja en la horchata y se toma como acompañamiento. ¡Delicioso!