Cuando se llega a Valencia, una de las cosas interesantes a realizar es visitar su museo etnológico. Es como abrir una puerta al pasado y la comprensión de las formas de vida tradicionales de los pobladores de estas tierras. Es adentrarse en las costumbres, los oficios y la forma de vivir de sus gentes, circunstancia que hace más comprensibles sus comportamientos actuales y da a conocer el origen de muchas de las costumbres que han llegado hasta hoy. La paella y otros tantos saberes culinarios son un buen ejemplo.
Además de las salas permanentes, se pueden visitar numerosas exposiciones, de carácter temporal, todas ellas relacionadas con personajes o eventos del territorio valenciano.
Las salas permanentes son tres:
– La ciudad vivida. Escenario de transformación de la sociedad agraria a la industrial y espacio de convivencia social.
– Huerta y marjal. Recrea la gestión del agua, el uso del espacio, los usos agrícolas y el comercio, etc.
– El secano y la montaña. Lugares menos poblados y donde la vida se hace más difícil, por la escasez del agua.
En cuanto a las temporales, actualmente permanecen abiertas:
– Barres i estels. Els valencians i els USA. Presenta la historia de 15.000 valencianos que hace un siglo emigraron a los Estados Unidos.
– Blanquinegre. Reportaje fotográfico que recrea la historia del Valencia Club de Fútbol.
– Doctor Mariano Carsí. Presenta la vida de este doctor durante los años que pasó en el Congo.
– Rituales de Fuego y Fiesta. Numerosas fotografías hablan al visitante sobre la pasión de los valencianos por el fuego y sus fiestas.
Tras esta intensa caminata por el pasado, disfrutar en una arrocería de la gastronomía local será una sabia decisión. La Playa de la Malvarrosa, sin salir de la ciudad, ofrece multitud de restaurantes donde cumplir este deseo. Fácilmente se puede encontrar un buen Restaurante de la Playa de la Malvarrosa. ¡A disfrutar!
