Seguro que si oyes la palabra ‘paella’ lo primero que se te viene a la mente es Valencia, su playa y esa arrocería o el restaurante de la Malvarrosa donde la comiste en tu último viaje a estas tierras. Pero la gastronomía tradicional valenciana nos ofrece otras muchas delicias culinarias que merece la pena conocer, como las trufas de Morella.
La trufa negra de Morella es más que un hongo que se añade a ciertos platos para darles un sabor especial. Este fruto es muy codiciado por su calidad, su aroma y su sabor únicos. De hecho, su aroma penetrante fue el responsable de que la trufa de Morella se conociera internacionalmente a partir de 1950, aunque la leyenda de este hongo retrocede en la historia de su uso hasta, nada menos que, la época del antiguo Egipto.
De todos modos, la trufa negra de Morella tiene una personalidad propia que la convierte en el ingrediente más codiciado de algunos platos por parte de los grandes gourmets. ¿Cuál es la clave de su éxito? Esencialmente, su desarrollo en una encina, con unas condiciones únicas de humedad y temperatura.
¿Cómo podemos reconocer la valiosa trufa de Morella? Además de su penetrante y duradero olor, el aspecto de estos hongos es particular: negras, con textura irregular y áspera. Sin duda, podremos distinguirla fácilmente en cualquier tienda de Morella.
¿Y qué platos podemos preparar con trufa de Morella? La verdad es que su sabor único y su aroma hacen que este hongo esté reservado para la alta cocina. Los grandes chefs emplean esta trufa tan especial para preparar delicias tan sugerentes como un bombón de foie y trufa, unos canelones trufados o una focaccia con aceite y trufa negra.
¿Quién puede negarse a probar uno de estos suculentos platos, aderezados con el diamante negro que son las trufas de Morella?