La ciudad de Valencia ofrece multitud de lugares y rincones únicos. Descubrir un mágico atardecer en la Albufera, pasear por su bella playa urbana, visitar sus monumentos y, por supuesto, degustar una paella con vistas al mar en una arrocería o restaurante de la Malvarrosa, resultan actividades de obligado cumplimiento. Sin olvidar otros espacios fascinantes como su Jardín Botánico, un enclave natural considerado referente internacional que cuenta con gran cantidad de especies.
El espacio sirve ahora para llevar a cabo laboriosas investigaciones sobre conservación y botánica
Este jardín, situado en la calle Quart, junto al antiguo cauce del Turia, está administrado por la Universitat de València y es miembro de la Agenda Internacional para la Conservación en Jardines Botánicos (BGCI), de la Asociación Ibero-Macaronésica de Jardines Botánicos y cuenta con multitud de trabajos en la Conservación de los Jardines.
Su existencia se remonta al siglo XVI, fecha de la que se tienen noticias de huertos de plantas medicinales. Ya en el siglo XVIII se crea un Jardín Botánico integral que incluye huerto, museo, espacios para conferencias y docencia. Será el célebre botánico Vicente Alfonso Lorente quien dé forma al proyecto, lo que le otorgará gran renombre y prestigio. Tras la invasión napoleónica se inicia su recuperación hasta el 1867, obras que incluyen un invernadero, numerosas plantaciones, un umbráculo y pequeñas estufas para acelerar el crecimiento de las plantas.
Actualmente se preserva el jardín histórico y se avanza en el estudio, conservación y divulgación de la flora, biosistemas y vegetación para el desarrollo de la cultura botánica. El centro cuenta con una fuerte presencia en proyectos internacionales, congresos y jornadas vinculados a la biodiversidad y estudio de plantas.
Además de contar con una biblioteca, herbario y germoplasma, se trata de un entorno docente de gran riqueza científica, vegetal, histórica y arquitectónica. En definitiva, un espacio que combina conocimiento y deleite.