Cuando el sol brilla en todo su esplendor, cientos de visitantes llenan la línea de playa de Valencia. Con cerca de 6 millones de viajeros en el último año, esta región recibe casi el 10% de los turistas que eligen España como destino. Pero en esta comunidad bañada por el Mediterráneo, el turismo no tiene carácter estacional. De hecho, la Agència Valenciana del Turisme calcula que el 60% del gasto realizado por los visitantes corresponde a los dos primeros y al último trimestre del año, es decir, a meses que no pertenecen a temporada alta. Entre las causas, figura una oferta de ocio permanente.
La colegiata de Santa María, el hospital de Sant Marc o el convento de Santa Clara son las primeras paradas.
Así, además de saborear una paella en una arrocería o en algún buen restaurante de playa de la Malvarrosa en Valencia, el invierno propone otras opciones. Una ruta de senderismo por el interior de la comunidad, como la Ruta de los Clásicos, es una de ellas. A través de su recorrido, esta iniciativa cultural transporta a sus participantes a la época de Ausiàs March, Joanot Martorell y Joan Roís de Corella. De hecho, la Ruta de los Clásicos rinde homenaje a estos tres literatos españoles del Siglo de Oro, mostrando lugares vinculados a su vida y obra.
Desde Gandía como punto de partida, esta ruta conjuga historia y paisaje. La colegiata de Santa María, el hospital de Sant Marc o el convento de Santa Clara son las primeras paradas. Tras dejar Beniarjó y ya en Alfauir, destaca el monasterio de Sant Jeroni de Cotalba. Finalmente, el conjunto monumental formado por murallas del siglo XV y el palacio de los Milà i Aragó es un enclave de visita obligada en Albaida antes de adentrarse en las localidades de Cocentaina, la Vall de Pop y Denia.
En resumen, además de abanderada de la dieta mediterránea y de sus propiedades nutritivas, Valencia emerge en el mapa español como una región con atractivos durante todo el año.
