El 9 de octubre de cada año celebramos, desde el siglo XIV, la entrada en Valencia de las tropas del rey Jaume I, circunstancia que marca el final del dominio musulmán sobre nuestra ciudad.
Esta conquista se enmarca en la general del Reino de Valencia, por lo que, desde la restauración de la democracia en España, el 9 de octubre es la fecha elegida para conmemorar el día de la Comunidad Valenciana. Aparte del carácter histórico de este día, también hemos de reseñar que es una fecha propicia para la celebración de otros actos festivos y culturales, de los que, a continuación, hablaremos.
De hecho, una forma habitual de vivir el día de todos los valencianos es participar en sus actividades y complementarlas con una paella tradicional en algún restaurante de la Malvarrosa (playa de la ciudad) o arrocería.
Las conmemoraciones empiezan desde primera hora de la mañana. La bajada de la Reial Senyera (bandera de la ciudad de Valencia y la Comunidad Valenciana) desde el balcón del Ayuntamiento ya supone todo un ritual. La bandera, tal y como deducimos del rango de realeza concedido por el rey Pere II, no se puede inclinar ante ninguna persona. Se trata de la única bandera del mundo con esta característica.
Otra seña de identidad de nuestra festividad son los regalos por parte de los enamorados de mocaors (pañuelos) con frutas de mazapán en su interior. De esta forma, los valencianos recordamos los regalos que las mujeres de la ciudad entregaban a los conquistadores. La supresión de la fiesta por orden de Felipe V también originó que los confiteros valencianos produjeran dulces con forma de petardos. Otra tradición que ha llegado hasta nuestros días.
Y, si antes de comer quieres disfrutar del estruendo de los petardos de verdad, tienes una cita en la Plaza del Ayuntamiento, donde se dispara una espectacular mascletà terrestre.