Mucho más que paella: gastronomía valenciana y las cerezas de la montaña de Alicante

Nadie puede negar que la gastronomía valenciana es una de las más ricas de todo el Mediterráneo. Si bien esta ha alcanzado merecida fama por algunos platos tradicionales como la paella y otras recetas asociadas especialmente a zonas de playa, existen multitud de otros productos de gran calidad repartidos por toda su geografía. La cereza de la montaña de Alicante constituye el caso más preclaro.

Históricamente, fueron los romanos quienes introdujeron su cultivo en el actual terreno de Valencia. Posteriormente, los pueblos árabes asentados en la zona perfeccionaron e hicieron habitual su cultivo. En la actualidad, esta fruta cuenta con su propia indicación geográfica protegida y supone uno de los productos autóctonos mejor valorados.

Como ya sabrás si has tenido la oportunidad de probarlas, se trata de un fruto de intenso color rojo carmín, con un sabor dulce y una pulpa blanda y rojiza. Por fuera se muestran pequeñas y redondas, con un extremo puntiagudo.

Su zona de cultivo la encontramos repartida entre varios municipios del sur de la provincia de Valencia y el norte de Alicante, la cual destaca especialmente por su terreno montañoso, muy pródigo en suelos con poca materia orgánica y ricos en carbonato cálcico. La altura de estas montañas y un clima mediterráneo suave resultan también determinantes para su excelente calidad.

Puedes encontrar en el mercado cerezas de la montaña de Alicante hasta final de verano. Su época de recolección se extiende, a grandes rasgos, desde abril hasta finales de julio y se recogen siempre directamente del árbol. Asimismo, se puede elegir entre diferentes variedades, aunque la categoría de todas ellas siempre será extra o primera.

Las cerezas se adquieren fácilmente en cualquier frutería. Resultan igualmente habituales como postre o formando parte de diferentes recetas en diversos establecimientos de Valencia, en el centro o en la playa, en una arrocería o en un restaurante de la Malvarrosa.

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