Además de la playa y paella, Valencia también cuenta un deporte tradicional y representativo: la pilota valenciana. Se trata de una variante del juego de pelota que se practica en otras regiones, como el País Vasco, en el que dos equipos compiten golpeándola con la mano.
Los juegos se cuentan de 5 en 5, hasta sumar 60 y la puntuación es de 15, 30, VAL y JOC. Se usan, para ello, pelotas de borra cubiertas de piel o tiras de trapo. Existen varias modalidades de juego directo o indirecto. En las primeras, los equipos están enfrentados de un extremo a otro del campo, llamado trinquete o galotxera.
En las indirectas, los jugadores compiten contra un frontón y cada uno golpea, de forma alternativa, la bola, que debe impactar por encima de una marca y botar dentro de los límites. Este deporte tiene sus orígenes en la época romana y fue evolucionando con el tiempo. Mientras existió la Corona de Aragón, tuvo gran popularidad y era practicado por la nobleza.
En la «Edad de Oro de la Pelota Valenciana», durante la primera mitad del siglo XX, se disputaban numerosas partidas y se apostaban grandes cantidades de dinero. Después de que su práctica decayera, durante la década de 1960, por la popularización del fútbol y de otros deportes de masas, actualmente, el juego vuelve a estar de moda.
Existe una Federación de Pilota Valenciana, que organiza torneos oficiales que impulsan la profesionalización de este deporte. «Soro», «Tato», «Genovés II», «Pere» y «León» son algunas de sus figuras actuales más destacadas. Socialmente, el juego es apreciado por los valencianos como un elemento de su cultura y que ha ayudado a mantener la lengua propia.
Así que, si nunca has visto una partida en directo, te recomendamos hacerlo en una de tus visitas a Valencia, para, posteriormente, ir a comer s alguna arrocería o un restaurante de La Malvarrosa.