Los miles de turistas que cada año aprovechan la ocasión para degustar una paella en un buen restaurante de la Malvarrosa de Valencia, que transitan por su paseo marítimo o que se relajan en su playa están reviviendo, tal vez sin saberlo, las experiencias de otros ilustres personajes tanto autóctonos como foráneos. Entre los primeros destaca, sin lugar a dudas, el ingente escritor, político y periodista Vicente Blasco Ibáñez, cuyo recuerdo sigue muy vivo en la conciencia valenciana y cuya casa, hoy convertida en museo, todavía se puede visitar en la misma Malvarrosa.
Un edificio lleno de historia valenciana
Incansable viajero, el hecho de que hoy sean otros amantes de los viajes los que visiten su vivienda resulta del todo justo. Al llegar, lo primero que llama la atención es su cuidada restauración, finalizada en 1997, donde se ha mantenido la estructura y características principales de la obra original de Bochons de principios del XX.
Las cariátides y pilares jónicos del pórtico, así como el precioso jardín, nos invitan a descubrir los secretos de su interior dividido en tres plantas: un salón de actos, el museo y un centro de investigación.
En la segunda planta se encuentran, desde retratos y esculturas de Blasco Ibáñez y su familia, hasta documentos y fotografías de su agitada vida, así como primeros ejemplares de sus obras, recuerdos de sus exóticos viajes y hasta parte del mobiliario del periódico Pueblo, que fundara y del que fuese director. Con todo ello el visitante se puede retrotraer a un ambiente pretérito de la ciudad donde el autor y otros intelectuales se reunían allí entre uno y otro de sus numerosos viajes.
Para acabar la visita, nada como pasarse por una arrocería y deleitarse con los sabores que ya degustaban aquellos ilustres personajes de los que Blasco Ibáñez fue uno de los más destacados en el pasado siglo.