Cuando el turista visita Valencia pronto se da cuenta de que sus sabores van mucho más allá de su paella, sus guisos y su marisco. Uno de los mayores atractivos de la capital es la Ciudad de las Artes y las Ciencias, lugar donde se ubica el imponente Ágora diseñado por el arquitecto Santiago Calatrava.
Arquitecto e ingeniero español, Calatrava es admirado y criticado a partes iguales. Sus obras, además de imponentes, son polémicas debido a su complejidad y elevado presupuesto. El Ágora de Valencia, todo un icono para la ciudad, es una gran plaza de metal cubierta. Tiene una altura de 80 metros y su forma elíptica ocupa un espacio de 5000 metros cuadrados. Su construcción significó el final del proyecto de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, ya que supuso la unión entre el Oceanografic y el resto del complejo arquitectónico.
La magnitud del Ágora fue diseñada con la función de servir de espacio multifuncional para congresos, conciertos, convenciones e incluso eventos deportivos como el torneo del Valencia Open 500 de tenis, que se celebra desde 2009.
Según su propio autor, la forma del Ágora se asimila a la imagen de dos manos entrelazadas, debido a las alas de su parte superior, que simulan los dedos de una mano y cuya labor es la de filtrar la luz desde el exterior al interior del edificio.
La riqueza de Valencia hace que su atractivo tanto visual como gastronómico sea indudable. Quien visite la ciudad siempre podrá tener la oportunidad de pasar una jornada de sol y playa. Además, podrá acercarse hasta alguna arrocería o Restaurante de la Playa de la Malvarrosa a tomar una buena y sabrosa paella o también dar un paseo por la costa, refrescándose con una buena horchata helada o un rico granizado de limón. Así es Valencia, una tierra de cultura, sabores, diversión y descanso.