Tomarse una cerveza durante el aperitivo o mientras se come es una costumbre muy arraigada en España. En los últimos años han proliferado las cervezas artesanales, que se fabrican sin aditivos y son mucho más saludables que las que venden en los supermercados. En Valencia se puede disfrutar de una buena paella al tiempo que se consume una de estas cervezas artesanales cerca de la playa.
Una infinidad de notas y sabores que para deleitarse de una manera diferente con la bebida de siempre
Entre las mejores destaca la artesanal Antara. Se trata de una bebida ecológica elaborada a base de chufa, un producto muy típico de Valencia. Al servirse, denota su carácter cremoso y es una cerveza con mucho cuerpo que ha tenido muy buena acogida en el exterior, sobre todo en Alemania.
Otra de las cervezas artesanales que están despuntando es la denominada Cerveza 2.0. Su graduación es de 4,8% y está elaborada con seis tipos diferentes de malta, más tres tipos de levadura, lo que le confiere un sabor especial, un buen aroma a cereales y un toque floral.
De una graduación un poco mayor es la Gram Prima, con un 5,2% de alcohol. La empresa que la fabrica procura emplear los mínimos mecanismos posibles en el proceso de elaboración para favorecer que su producción sea lo más artesanal posible.
Una cerveza algo más original y especial es la Nispra. Lo que la hace diferente es que incorpora níspero en su elaboración. Se trata, por tanto, de un producto de tipo gourmet. Y en cuanto a cervezas negras, destaca la artesanal Tombatossals. Tiene una graduación del 4,9% y aúna en su producción trigo, cebada y avena. Es, a su vez, una cerveza artesanal de un sabor marcado.
Una buena cerveza satisface cualquier paladar, y más si se disfruta en un restaurante o arrocería en la Malvarrosa frente al mar. Las artesanales son perfectas para descubrir la nueva forma de hacer gastronomía.