La historia vitivinícola de la Comunidad Valenciana se remonta hasta tiempos de la dominación romana, aunque fue especialmente tras la Reconquista cuando comienzan a establecerse las normas que posteriormente dictaminarían las sucesivas producciones vinícolas en la región.
En 1957 se constituye el Consejo Regulador de la Denominación de Origen (D.O.) protegida Valencia. Desde entonces, la calidad de estos vinos no ha dejado de crecer, haciendo de todos ellos un acompañamiento perfecto para carnes, pescados o de la paella.
Esta denominación está adscrita a un entorno comprendido por toda la comunidad. Especialmente a zonas con suelos de buena permeabilidad y de clima mediterráneo o continental. Se distinguen cuatro subzonas diferentes: Valentín, Alto Turia, Moscatel y Clariano. En cada una de ellas encontrarás vinos de características diferenciadas.
Los vinos tintos y blancos son los más frecuentes entre todos los de la D.O. Valencia. En el caso de los tintos, algunas de las uvas más empleadas son garnacha, syrah, cabernet sauvignon o merlot. En cuanto a los blancos, vemos cómo en su elaboración se emplean uvas como merseguera, moscatel, Pedro Ximénez, malvasía, chardonay o macabeo.
Si quieres saber algo sobre la categoría de las diferentes añadas, podemos adelantar que, por norma general, la calidad de las mismas está muy bien considerada. Así, algunas añadas recientes catalogadas como «Muy Buenas» han sido 2004, 2003, 1999 o 1998. Por su parte, tanto 2000 como 2005 fueron años cuya cosecha fue considerada de «Excelente».
Puedes encontrar bodegas elaboradoras de vino con Denominación de Origen Valencia en todo el territorio de la comunidad autónoma. Algunas de ellas son Viñas del Portillo, en Buñol; la Cooperativa Vinícola Onteniense, Bodegas Murviedro, en Requena; Bodegas Carmelitano, en Benicassim; o Salas y Sirvent, en Elche.
El vino con D.O. Valencia se sirve también en la capital, tanto en el centro como en la playa, en una arrocería o un restaurante de Malvarrosa.