La paella es, quizás, el alimento más sagrado de la dieta mediterránea. Así como otras recetas tienen variaciones de lo más deliciosas, la paella tiene una receta única e inimitable que la convierte en uno de los mayores orgullos de los valencianos.
Es por eso que, cuando un valenciano viaja fuera de su comunidad, observa con atención cada plato de ‘paella’ que recorre terrazas y bares en las bandejas de los camareros. Cuando ve algún plato que lleva algún añadido a parte de los ingredientes clásicos, lo señala mientras dice ‘eso no es paella, es arroz con cosas’. De hecho, esta frase es, posiblemente, una de las más dichas por los de la terreta a lo largo de su vida.
Así que, valencianos, cuando acabéis de leer esta publicación, no sabréis si reír o llorar, porque hoy os traemos las mayores aberraciones hechas en un paellero.
1. Guisantes: el enemigo público de la paella
Los guisantes son uno de los ingredientes que más odian los valencianos en la paella. No pegan con el pollo ni el conejo y, además, no dejan un buen sabor en el caldo. Cuando alguien pone guisantes en la paella, muere un gatito.
2. El embutido para el vermut
Como a todo español, a los valencianos les encanta el embutido. ¡Claro que sí! Pero no en la paella. El chorizo, la longaniza, la butifarra o la morcilla es mejor tomarlas en el vermut, o si acaso añadirlas al arroz al horno, pero nunca nunca a la paella. ¡JAMÁS!
3. La venganza del marisco
En esta ‘paella’ no se puede ni ver el arroz. Y es que el marisco, harto de que pongamos guisantes en su paella, ha decidido crear un búnker con sus amigos los moluscos para que tú no te comas la paella. Y si te fijas bien, han cogido a los guisantes como rehenes.
4. El rape no está hecho para este mundo
Que sí, que no tiene mala pinta. Pero por favor, no lo sirvas en un paellero, que, sino los guiris se pensarán que es paella, le harán cuatro fotos y las subirán al TripAdvisor, y entonces a tu restaurante le caerá un mal de ojo de por vida por haber cometido semejante crimen.
5. Jamie Oliver: no intentes reinventar la rueda.
Lo del chef internacional Jamie Oliver demuestra lo mal que enseñan a los turistas sobre nuestra cultura gastronómica. Y es que lo que hizo es pecado capital: meterle a la paella chorizo… ¡Y llamarla paella! Encima va y lo publica en Twitter. Como es lógico, las críticas no se hicieron esperar, y al final salió ‘socarrat’ de tantos comentarios negativos hacia su ‘paella contemporánea’.
Para todos los que queráis probar una paella de verdad, con su receta única, la que ha pasado de generación en generación, y, sobre todo, hecha por cocineros valencianos, tenéis que venir a visitarnos a Casa Isabel.