El complemento ideal para una paella: el Agua de Valencia

Pocos placeres son capaces de invadir tanto al turista como el hecho de visitar la playa y deleitarse con su estandarte gastronómico, la paella, o cualquiera de las diversas combinaciones del arroz con los productos de la huerta local, las carnes o los pescados más emblemáticos de la cocina mediterránea, de la que cualquier buen restaurante de la playa de la Malvarrosa de Valencia es uno de los principales exponentes.

Pero el disfrute de una paella valenciana en una arrocería acariciada por el mediterráneo quedaría mermado sin la compañía de unos sorbos de Agua de Valencia, la bebida con mayor personalidad de esta región española. Cuenta la tradición cómo el ya fallecido propietario del Café Madrid de Valencia, allá por 1959, azuzado por unos turistas vizcaínos, se lanzó a simular una bebida que tuviese un sello propio como por entonces lo tenía el Agua de Bilbao. Y a ciencia cierta que lo consiguió, pues tras varios años sin despegar, en los años setenta cuajó como bebida popular típica de las noches valencianas.

En su elaboración, este delicioso cóctel sigue un patrón a base de cava (preferentemente semiseco y que suponga unos dos tercios del total), zumo de naranja, azúcar, vodka y ginebra, resultando una bebida alcohólica de un poder refrescante incomparable, que servido en jarra bien fría como marcan los cánones, es el ingrediente adecuado para compartir relajadamente en buena compañía tras la jornada laboral o un baño en la playa.

Puede potenciarse su sabor utilizando naranjas valencianas de temporada en un estado óptimo de acidez, recomendándose huir de la adición de licores de naranja que enmascaran el sabor y aroma de aquellas. Es indispensable que nada más preparado el cóctel sea refrigerado.

De forma complementaria, se busca el contraste entre texturas cremosas y sabores cítricos para lograr un postre muy equilibrado, que sirva de colofón a una paella o un arroz al horno.

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