Arroces, naranjas, pescados. Son los sabores más típicos de Valencia, lo cual no significa que en Valencia sólo pueda degustarse paella. La Comunidad Valenciana tampoco debe renunciar a otras exquisiteces de la gastronomía por tratarse de un sitio donde predomina el turismo de playa. En un restaurante de la Malvarrosa el cliente puede degustar la mayor oferta en arrocería, pero también probar otras recetas de lo más variadas, como por ejemplo, los crepes. Una receta con muchas variedades para deleite de los paladares más exquisitos. Pero ¿cuál es el origen de los crepes?
Valencia, como muchos lugares del mundo, a adoptado este postre exquisito y fácil de comer
La palabra crepes procede del latín, “crispus”. Sus orígenes se remontan a la Francia medieval, donde en la Bretaña elaboraban unas tortas con harina de trigo sacarreno. Las hacían esparciendo masa de harina sobre piedras previamente calentadas al fuego. La ventaja que ofrecía esta torta, además de la sencillez de su elaboración, era que podía enrollarse fácilmente para introducirle un relleno y llevarlo como almuerzo al campo.
Sin embargo, la fama de los crepes llegaría en el siglo XIX con la invención de este plato como postre, la crepe Suzette. Según cuenta la tradición, fue el chef Henri Charpentier quien, en el restaurante Café de París de Montecarlo, inventó este postre en un intento de sorprender al príncipe de Gales, futuro Eduardo VII. Su intención era preparar las tortas y cubrirlas con una salsa de fruta caliente, como su madre le preparaba cuando era niño. Sin embargo, queriendo innovar la receta, vertió licores sobre el néctar de la salsa y esta se derramó en la sartén. Como resultado, la sartén comenzó a arder dando lugar, accidentalmente, a una nueva receta. Al presentar el plato al príncipe, este otorgó a los crepes el nombre de Suzette, en honor a una niña que los acompañaba.
Crepes, un plato con una deliciosa y aristocrática historia que también tiene su tradición en Valencia, donde se puede disfrutar con múltiples posibilidades.