Una mousse es un irresistible postre de origen francés que se puede tomar, tanto salado como dulce, pero siempre bien frío. La más conocida y deliciosa es la de chocolate, que pudo ser creada a finales del XIX por el pintor postimpresionista Toulouse-Lautrec, que frecuentaba las tabernas de Montmartre. Otras teorías sitúan su autoría en el artesano español Manuel Cordero, que durante el Sitio de Astorga elaboró una «espuma de chocolate» para el emperador francés, que quedó impresionado. Independientemente de su origen, este delicioso postre se puede degustar en Valencia, tras una sabrosa paella en su bella playa.
Pasos para elaborar una buena mousse de chocolate
La receta es muy sencilla y requiere, para unas 4 personas, chocolate negro para postres (150 g), nata para montar o manteca (50 g), 4 huevos y azúcar (30 g). Para elaborarla, se parte el chocolate y se vierte en un bol, junto con la nata, el azúcar y 2 cucharadas de agua. Se derrite lentamente al baño María, mientras se separan 3 yemas de las claras y se añaden al recipiente, una vez que forme una crema homogénea. Después, integrar bien y retirar del fuego. Posteriormente, se baten las claras a punto de nieve y, con movimientos suaves y envolventes, se añaden a la crema de chocolate. Una vez concluido en proceso, se vierten en copas y se dejan enfriar hasta el momento de servir. Si se opta por la nata o la manteca, el sabor del chocolate será más suave o fuerte, respectivamente.
Además de la tradicional receta, existen variedades de mousse, desde las que introducen un pequeño detalle, como frutas del bosque y menta; hasta las esponjosas mousses de plátano, que incluirían, además, mermelada de grosellas o un delicioso milhojas de mousse de chocolate con guindas y crema de almendras. Las posibilidades son infinitas y los sabores únicos y deliciosos, solo es necesario saborearlas en alguna arrocería o restaurante de la Malvarrosa.