Una paella con cerdo enfrenta a los vecinos de un barrio de Mataró

En muchos municipios de dentro y fuera de la Comunidad Valenciana, vemos como cada día se realizan «paellas» con todo tipo de ingredientes de lo más variopintos; desde pimiento rojo hasta guisantes, pasando, cómo no, por la ya casi tradicional paella con costillas de cerdo. Esta última variante ha sido la culpable de una guerra entre los vecinos de Rocafonda, un barrio de Mataró.

Todo comenzó con una idea de algunos vecinos del barrio de realizar una paella para poder comerla todos juntos. La idea sonó bien a gran parte de los habitantes de Rocafonda y cada vez comenzaron a sumarse más adeptos entre comercios, asociaciones y vecinos.

La polémica surgió conforme se hicieron públicos los ingredientes que se iban a utilizar en dicha paella, entre los que se incluía el cerdo. Teniendo en cuenta que Rocafonda es un barrio en el que más del 40% de la población de la zona es musulmana, que la paella llevara dicho ingrediente desató el enfado de muchos vecinos. A esto hay que sumarle que también querían cocinar con alcohol, una bebida que los musulmanes tienen prohibido consumir.

La asociación de vecinos del barrio sugirió a los organizadores que no hicieran la paella con cerdo, con el objetivo de poder permitir a todos los vecinos del barrio, -independientemente de su religión-, a participar en el acto. Según la asociación de vecinos, la organización se negó rotundamente a evitar estos ingredientes, lo que echó más leña al fuego.

Además de religiones enfrentadas, la política también se metió por medio, ya que, según los organizadores, la asociación de vecinos está formada por Podemos y la CUP, y según ésta última, entre los integrantes de la organización se encuentran personas afiliadas al PP y al PSC. Tanto revuelo causó la paella que hasta el alcalde de Mataró, David Bote, tuvo que hacer unas declaraciones al respecto: «Hay que respetar los derechos individuales de las personas sin entrar en provocaciones´´, comentó.

paella mataro

 

Una paella entre amigos

El arroz popular que el pasado mes de septiembre reunió a más de 200 personas comenzó con «una conversación entre amigos que tenían ganas de montar una paella en la calle», según comentó Alfonso Palacios, miembro de la organización, en declaraciones al periódico digital local Totmataró.

La idea llamó la atención de muchos vecinos que querían participar y poco a poco se fue haciendo cada vez más grande, y el grupo de comercios organizadores recurrió a la Asociación de Vecinos de Rocafonda para tramitar los permisos de ocupación de la vía pública.

Tras enterarse de que la paella se quería cocinar con cerdo y alcohol, la asociación vecinal sugirió que cambiaran estos dos ingredientes para obtener su apoyo e integrar así a la comunidad musulmana.

Según Palacios, la propuesta no fue vista con buenos ojos por los impulsores de la iniciativa, que además aseguraron que «la asociación sacó las cosas fuera de contexto porque se trataba sólo de una comida popular en la que ofrecíamos un plato de paella y la bebida por cuatro euros».

Por otra parte, desde la Asociación de Vecinos de Rocafonda se considera que es la organización la que decidió llevar los hechos a otro nivel, y lamentaron que se les acusara de crear un conflicto.

Desde este colectivo, Maria Majó explicó que «se hicieron una serie de sugerencias que se consideraban necesarias si la asociación, que representa a todos los vecinos, tenía que solicitar el permiso para el acto y, por tanto, responsabilizarse de ello».

Majó subraya que la propuesta se hizo a la organización porque «se está avanzando en la vida del barrio y cambiar los ingredientes no costaba y consideramos que era positivo». Desde luego, de haber sido en Valencia no habría habido ningún problema. ¿Cerdo y alcohol en una paella? ¡De ninguna manera! Eso no es paella, es arroz con cosas.

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