En Valencia, Malvarrosa, playa y gastronomía son sinónimos. Lo son desde que, durante la primera mitad del siglo veinte, la Playa Malvarrosa se convirtiera en la Playa de Valencia por antonomasia. Los chiringuitos, primero, y los restaurantes, después, han convertido la Malvarrosa en el lugar que viene a la mente siempre que en Valencia toca buscar un restaurante especializado en paellas, all i pebre o esa deliciosa caldereta de marisco que aquí, en Valencia, llaman suquet.
Evolución y autenticidad
Los restaurantes que han hecho que disfrutar de una Paella en la malvarrosa sea algo imprescindible cada vez que se visita Valencia no siempre han sido como los conocemos ahora. En principio, una Arroceria de playa Malvarrosa tenía poco o nada que ver con los locales de los que hoy disfrutamos. A mediados del siglo pasado, los restaurantes que hoy conocemos y se alinean en el Paseo Marítimo eran poco más que casetas montadas sobre la arena para combatir el calor con cerveza, o con sandías y melones, y disfrutar de platos tradicionales de la cocina marinera valenciana, preparados para ser degustados frente al mar y en buena compañía.
Se aprovechaba entonces que las barcas de los pescadores descargaban en la propia playa para adquirir directamente el pescado y el marisco que, después, sabias manos preparaban en aquellos míticos merenderos.
Hoy, la realidad es otra; pero el sabor es el mismo. Aquellos improvisados merenderos dieron paso a cafeterías y bares y acabaron después en los restaurantes acogedores y auténticos que son hoy. El cielo y el mar son los mismos, el pescado y el arroz son igual de deliciosos y las manos que elaboran los platos y los sirven son, a menudo, de hombres y mujeres unidos por lazos familiares, personales y laborales a aquella mítica Malvarrosa de los primeros años del XX de la que tú, hoy también, puedes disfrutar.
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