Quizás el atributo más interesante de comer en un restaurante de la Malvarrosa, además de que esté cerca de los albores de la playa de Valencia, sea el hecho de que su ubicación es también la de la Iglesia de San Juan del Hospital, muy probablemente la primera iglesia construida en la ciudad de Valencia, lo que históricamente justificó sus privilegios en las actos de procesión sin ser parroquia.
Ubicada en la Calle Trinquete de Caballeros número 5, en el corazón de la ciudad, la iglesia, de estilo gótico y barroco y terminada de construir en el siglo XIII, tiene unas dimensiones de 36 metros de largo por 19 metros de anchura.
El suelo sobre el que se erige fue donado por el rey Jaime I a los caballeros de la orden de San Juan del Hospital y Malta en tiempos de la conquista, y se construyó la iglesia, un hospital, un convento y hasta un cementerio propio para los caballeros difuntos del hospital.
Entre las muchas perlas arquitectónicas dignas de ver, además del patio decorado con cuadros cerámicos del Vía Crucis, destaca su curiosa capilla, muy interesante dadas sus reducidas dimensiones, y que muchas veces ha sido considerada por error como la primitiva iglesia trecentista. Sobre los nervios de piedra, las bóvedas son de ladrillo a tizón.
Con todo, este monumento histórico constituye un elemento imprescindible para acompañar los paseos por la playa de Malvarrosa y cualquiera de los platos de la comida arquetípica de la Comunidad Valenciana, donde prima el establecimiento gastronómico de la arrocería.
Porque la dieta valenciana, comúnmente caracterizada por su paella, las calderetas, los postres a base de turrón Jijona y la horchata -sin olvidar el agua de Valencia- es indisociable del marco histórico y arquitectónico en el que se circunscribe, como el caso de un Restaurante de la Malvarrosa o su iglesia trecentista.