Valencia constituye un lugar privilegiado donde los turistas pueden disfrutar de un excelente clima, pasar el día en la playa y degustar una paella en una arrocería o restaurante de la Malvarrosa. Pero la capital del Turia también se distingue por su extensa historia y riqueza arquitectónica, por un amplio conjunto de obras excepcionales que hay que visitar cuando se llega a la ciudad. El monasterio de San Miguel de los Reyes, situado en la Avenida de la Constitución, en el barrio de Orriols, es un lugar imprescindible para todos los turistas.
Fundado en el siglo XVI por el duque de Calabria, con el fin de de albergar un panteón familiar, junto con un monasterio e iglesia, se configura como un claro exponente de la arquitectura del Renacimiento de Valencia. Considerado como precedente del monasterio de El Escorial, ubicado en Madrid, en el diseño del monasterio de San Miguel de los Reyes participaron reconocidos arquitectos, maestros de obra y artistas del momento, como Alonso de Covarrubias y Juan de Vidaña.
Se trata de un conjunto arquitectónico de gran valor artístico, fruto de la labor constructiva de diversas épocas, ya que fue alquería musulmana durante el siglo XI, monasterio cisterciense en el XIV, jerónimo en el XVI, cárcel en el XIX y colegio público a finales del XX.
Tras una serie de obras de restauración, este monasterio acoge desde 1996 la sede de la Biblioteca Valenciana. Durante el proceso de rehabilitación se recuperaron las huellas de las distintas etapas históricas, que ahora los visitantes pueden apreciar. Alberga, además, la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas. El Registro de la Propiedad Intelectual de la Comunidad Valenciana y el Consorcio para la Restauración, Conservación y Utilización del monasterio también se encuentran en este lugar.
Por todos estos motivos, el monasterio de San Miguel de los Reyes resulta una visita obligada dentro del panorama artístico de Valencia.