Los barrios de Grau, Cabanyal y Canyamelar, celebraron del 26 de marzo al 5 de abril, la tradicional Semana Santa Marinera junto a la playa de Valencia. Durante 11 días, las procesiones más conocidas de la ciudad recorrieron algunas calles y avenidas de este distrito, recordando la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Una forma diferente de vivir la tradición y la pasión cristiana
Redoble de tambores, olor a cera y un intenso fervor protagonizan esta festividad, en la que unas 30 cofradías se encargan de darle un carácter distinto al de otras regiones. Entre sus particularidades, destaca el ritual de recogida de los personajes bíblicos, así como las corporaciones armadas vestidas con sayones, como lo hacían los soldados romanos.
Viernes Santo es un día clave, pues desde la orilla los fieles pronuncian una oración por los fallecidos en el mar. Al anochecer, tiene lugar una de las procesiones más esperadas, la del Santo Entierro.
El Sábado y Domingo de Resurrección no son menos intensos. La tristeza deja paso a la alegría y lo viejo a lo nuevo. El agua es lanzada por los balcones de manera simbólica y el ruido de las tracas, la suelta de palomas y las ofrendas de flores dan muestra de este sentimiento.
Es también el momento en el que muchos aprovechan para degustar la rica gastronomía de esta tierra, un placer para los sentidos como lo es la famosa paella valenciana, en cualquier arrocería o restaurante de la Malvarrosa, especializados en la elaboración de este plato tradicional de la zona.
Por último, se realiza la Procesión de las Luces, en referencia a los cirios que portaban los marineros para acompañar al Santísimo Sacramento hasta las casas de quienes no podían acudir a las parroquias. Se finaliza con el Desfile de Resurrección, que da por concluida esta fiesta de gran interés turístico nacional.