Situado en el Ensanche de Valencia, el Mercado de Colón se ha convertido en uno de los edificios más relevantes del modernismo de la ciudad y un punto de encuentro para los miles de visitantes atraídos por el turismo mediterráneo. Este antiguo mercado, diseñado en 1914 por Francisco Mora Berenguer, está declarado Monumento Nacional.
Fue concebido originariamente por la necesidad de un mercado de abastecimiento en la zona, demandado por los propios vecinos, cuya única alternativa se hallaba a una distancia considerable para la época. Influido por Gaudí, el arquitecto Mora Berenguer plasmó su gusto por el detalle y la cuidada ornamentación, que recuerda inevitablemente a la Portada del Nacimiento de la Sagrada Familia de Barcelona. Su carácter abierto, una de las novedades del momento, produce una agradable sensación de diafanidad y transparencia.
A lo largo de los años, el deterioro y el cierre parcial de los comercios obligaron a una gran restauración que culminó en el año 2003, convirtiendo el edificio en uno de los más emblemáticos y modernos de la ciudad.
En la actualidad, sus 3.500 m² repartidos en tres naves, se han transformado en una verdadera maravilla modernista, en un centro de hostelería con comercios tradicionales como floristerías, horchaterías, cervecerías y los tres únicos establecimientos originales que han perdurado: una charcutería delicatessen, una pescadería y una frutería.
La parte central está destinada a la celebración de eventos culturales, en donde se puede tomar un buen café o una horchata, mientras se escucha una de las múltiples bandas características de la región.
Una obligada visita para todos aquellos que quieran disfrutar de la ciudad, tan forzosa como deleitarse con una buena paella valenciana o con la gran variedad de arroces que se pueden encontrar en las típicas arrocerías, situadas muy cerca del lugar y, sobre todo las ubicadas en la Playa de la Malvarrosa.
