En un buen restaurante de la playa de la Malvarrosa, en Valencia, o en alguna arrocería de la ciudad, además de amar la paella, tienen especial debilidad por los productos típicos mediterráneos. Uno de ellos es el vino Pedro Ximénez, una joya gastronómica de la geografía española, que cada vez tiene mejor implantación en la Comunidad Valenciana.
Un vino ideal para postres, reducciones y salsas
El Pedro Ximénez es un vino dulce que se elabora con una uva de tipo moscatel de la que toma su nombre. Su proceso de elaboración es artesanal y único: se dejan secar las uvas al sol después de ser cortadas para que se conviertan en pasas; solo se aprovecha una parte de su mosto, al que se le añade algo de alcohol y se introduce en botas de roble. De este modo se consigue un vino muy dulce, denso y oscuro, a pesar de nacer de una uva blanca.
La zona donde se cultiva la uva Pedro Ximénez y donde se elabora el vino es determinante. En su gran mayoría, este caldo procede de la denominación de origen Montilla-Moriles (Córdoba), un lugar que, gracias a sus condiciones climatológicas, resulta ideal. Esto se debe a que el proceso de secado de las uvas se realiza al sol y durante días, y si en ese periodo llueve se puede echar a perder toda la cosecha.
El Pedro Ximénez se suele tomar como postre, aunque últimamente se conoce más por su uso para reducciones y salsas, como ocurre con otras variedades parecidas como el Oporto. Esto se debe, sobre todo, a su sabor dulzón y a su textura densa. Se dice que tiene matices que recuerdan al chocolate, a los dátiles, al torrefacto y, cómo no, a las pasas. Además, estudios recientes han descubierto en él grandes beneficios para la salud, sobre todo en cuanto a aporte de antioxidantes. En definitiva, productos como este constituyen una razón de peso para visitar la Malvarrosa y disfrutar cuidándonos.