El aceite: el toque dorado de la paella

El aceite de oliva ha sido la estrella indiscutible de la dieta mediterránea desde siempre. Y, como no podía ser de otra forma, de la paella. En Valencia, el aceite de oliva estrella es el de la Denominación de Origen Valencia, ya que, a pesar de lo que se suele pensar, esta comunidad va mucho más allá del turismo y la playa para trabajar el cultivo de una aceituna de extraordinaria calidad.

El aceite de oliva valenciano procede de ocho regiones distintas dentro de la comunidad, aunque todas se engloban dentro de una misma denominación de origen protegida por la Unión Europea: El Maestrat, Plana Alta-Alcalatén, Sierra de Espadán y Calderona, Serranía del Turia – Ribera del Magro, Utiel-Requena – Valle de Ayora, Macizo del Caroig – Vall d’Albaida, la Montaña de Alicante y Vinalopó.

Las características de las aceitunas de estas regiones hacen que el aceite de oliva valenciano sea único por su composición química equilibrada. En paladar, es un zumo fuerte e intenso, caracterizado por sus aromas afrutados y matices de almendra, plátano o hierba verde. Además, también ofrece toques amargos y picantes que, de forma sutil, dan una personalidad única a los platos que se elaboran con este tipo de aceite.

Por otro lado, el aceite de oliva, también denominado oro líquido, es el complemento perfecto para muchos de los platos estrella de la comunidad. Por supuesto, para la paella es imprescindible, ya que con él se doran las carnes y se da el punto a las verduras. En las ensaladas es también de uso obligado, ya que con aceite (y un poco de vinagre al gusto) aliñamos las hortalizas que, en verano, tanto refrescan el paladar. Por eso, en cualquier arrocería o buen restaurante de la playa de la Malvarrosa en Valencia no faltará este ingrediente tan importante en cualquier cocina de la región.

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