De la época románica a la neoclásica, la Catedral de Santa María de Valencia

«La Catedral del Santo Cáliz»; así reza la presentación de la web de la Catedral de Santa María de Valencia. Con estos cinco términos, el perfil online de carácter oficial de este monumento deja patente a todos sus usuarios una de las principales razones que dan fama a la edificación: la existencia de la citada reliquia. Con detalles en oro y piedras preciosas, la versión más aceptada sobre la autenticidad de este Santo Grial sostiene que el cáliz fue conservado y venerado durante siglos entre los muros de esta catedral.

Una escondida joya de Valencia que guarda una misteriosa historia sobre el Santo Grial

En concreto, investigaciones impulsadas en 1960 por el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza Antonio Beltrán fechan esta joya entre los años 100 y 50 a.C., un indicio que parece reafirmar que esta pieza se corresponda con el supuesto Santo Cáliz de la Última Cena. Al igual que la Comunidad Valenciana tiene distintas señas de identidad -la paella, la playa, cada restaurante en la Malvarrosa o cada arrocería- también este templo destaca por más razones que este misterio.

La riqueza de su arquitectura es una de ellas. Así, un paseo por su interior y la contemplación de su exterior suponen todo un recorrido por distintas épocas y estilos artísticos, desde el gótico mediterráneo -predominante en el monumento- hasta el románico, el gótico francés, el renacentista, el barroco y el neoclásico.

El brazo de San Vicente Mártir -patrón de Valencia– destaca como otro de los puntos de atracción de esta catedral. Estudios del Instituto de Cirugía Plástica de la Universidad de Padua confirman la autenticidad de esta reliquia, llegada a la ciudad en la década de los 70 del pasado siglo.

En definitiva, la Catedral de Santa María de Valencia es un ejemplo de la variada oferta turística de esta región mediterránea, en la que la gastronomía típica atrae cada año a millones de viajeros.

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