No es un dato muy conocido, pero tres de cuatro playas en el mundo están desapareciendo por diversos motivos, desde el cambio climático, hasta el expolio humano por conseguir arena, pasando por otros problemas. Cada gobierno y cada ayuntamiento se enfrenta al problema de la mejor manera que logra vislumbrar.
En Valencia han encontrado una posible solución que, además, sirve para fomentar y diversificar el turismo de playa. Se trata de la creación de arrecifes artificiales de los que poder disfrutar cerca de una arrocería o un buen restaurante de la playa de la Malvarrosa donde se prepara la famosa paella.
La iniciativa, única en toda España y promovida por el proyecto Arrecifes Valencia, ya está en marcha después de que este agosto se inaugurara tras varios meses de trabajo y después de hundir tres estructuras a unos 180 metros de la costa.
Además, no son simples bloques de hormigón, sino que se les ha dotado de formas originales para que tengan más atractivo para los turistas. Así unas tienen forma de ánforas, otro recrea l’Oceanogràfic y también aparecen los aros olímpicos.
El objetivo, como se ha indicado, es doble, por una parte, frenar el desgaste del litoral que, como tantas otras playas a lo largo y ancho del planeta, van perdiendo arena de forma sistemática. Además, se pretende regenerar la biodiversidad subacuática, pues estos bloques son especialmente atractivos para diferentes especies de flora y fauna marinas.
Y ahí entra en juego el tercer factor: una vez que las especies autóctonas se establezcan de forma permanente, el interés para la inmersión de turistas procedentes de los lugares más dispares no parará de incrementarse. Los primeros afortunados ya han podido sumergirse y se espera que, sobre todo a partir del próximo verano, la iniciativa esté totalmente consolidada y dote a esta peculiar zona turística de un atractivo añadido que la haga todavía más especial.