Saborear una rica paella en una arrocería típica, disfrutar de un paseo por la playa de la Malvarrosa, charlar con los amigos en el vanguardista barrio de Ruzafa… Valencia es un destino con múltiples posibilidades de ocio, pero en ocasiones el turista olvida que también ofrece numerosas visitas de gran valor histórico y arquitectónico. Sin lugar a dudas, una de ellas es el Palacio del Marqués de Dos Aguas.
Ofrece la posibilidad de disfrutar de una belleza de reconocimiento histórico a pie de calle
El Palacio del Marqués de Dos Aguas se encuentra entre las calles Poeta Querol, Federico García Sanchiz y San Andrés. Tal y como se le conoce hoy en día, tiene su origen en el siglo XVIII, en concreto en 1740, cuando sus propietarios, la familia Rabassa de Perellós (el único señorío de linaje puramente valenciano de la historia), decidieron reformar su caserón. A ellos les debe su nombre, puesto que los Rabassa Perellós fueron nombrados Marqueses de Dos Aguas por Carlos II en 1699.
Indiscutiblemente, lo que más destaca del Palacio del Marqués es su impresionante portal, tallado por el escultor Ignacio Vergara y jalonado por dos torrentes de agua rodeados de ángeles, flores, frutas y dos titanes que se encargan de flanquear la entrada y garantizar la seguridad de la familia. Está considerado uno de los portales más bellos del mundo, con un gran simbolismo, e imitado en obras religiosas tan conocidas como el Convento de Jerusalem.
Como dato, se sabe que, realmente, su historia llega mucho más atrás en el tiempo y que formó parte de una necrópolis romana. Actualmente su misión es albergar el Museo de Cerámica y de las Artes Suntuarias González Martí.
El Palacio del Marqués de Dos Aguas es, por todo esto y mucho más, una visita obligada para todo aquel que guste de la arquitectura histórica y que busque en Valencia algo más que sol y playa.