Valencia es mucho más que playa y paella. Cualquiera que llegue hasta sus calles encontrará una oferta cultural rica y variada, entre la que destacan algunos museos de especial interés, como el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias “González Martí”, una pieza fundamental para entender parte de la historia y cultura de la ciudad y su entorno directo.
Museo Nacional de Cerámica de Valencia: historia y cultura de la ciudad
La historia de este museo se remonta a 1947, cuando el dibujante e historiador Manuel González Martí dona al Estado su colección de cerámica para la creación de un museo que, en un principio, queda instaurado en la residencia del donante. En 1949, el Estado compra el Palacio del Marqués de Dos Aguas (declarado como Monumento Histórico Artístico años atrás) y comienza una restauración que se prolonga hasta 1954. Entonces, la colección cerámica de González Martí se traslada hasta este edificio, asentándose así en su emplazamiento definitivo. Con el paso de los años, la colección crece con la incorporación de obras pictóricas, indumentaria y otras piezas, todas de tradición valenciana, que obligan a cambiar el nombre de la institución por el que lleva hoy en día.
El museo está estructurado a lo largo de las tres plantas que componen el palacio, que conserva gran parte de su decoración y mobiliario original. En el patio de la planta baja pueden observarse dos carruajes y una silla de manos del siglo XVIII, todas ellas piezas de autoría valenciana. La primera planta acoge la colección de trajes y vestidos antiguos, así como una colección de pintura en la que imperan autores valencianos. La planta superior queda totalmente ocupada por la colección de cerámica, que se encuentra ordenada cronológicamente y responde, fundamentalmente, a piezas de tradición valenciana o provenientes de diferentes puntos del territorio.
La visita a este museo puede completarse con una aproximación a la gastronomía valenciana, en una arrocería o un restaurante en Malvarrosa.
