Palacio de Congresos de Valencia: símbolo de modernidad

Valencia es una ciudad de contrastes. La playa de la Malvarrosa y sus dunas se integran prácticamente en el casco urbano, otorgando a la zona un relajado ambiente marinero. En el centro se articula la actividad económica de la ciudad, lo que le confiere un gran dinamismo. Su gastronomía es de origen mediterráneo, lo que coloca a la paella como su plato típico.

La zona de negocios de Valencia es una de las más vanguardistas del país y se erige en torno al Palacio de Congresos. Este fue diseñado por el arquitecto británico Norman Foster y constituye uno de los referentes más representativos de la arquitectura de vanguardia. Además, ha sido reconocido, en 2010, como el mejor palacio de congresos del mundo por la Asociación Internacional de Palacios de Congresos.

Su privilegiada ubicación, en una de las arterias principales de la ciudad y cerca del aeropuerto de Manises, y su imponente diseño exterior, con una gran marquesina sustentada sobre pesados pilares, lo convierten en uno de los iconos de Valencia. Esta marquesina se compone de láminas fotovoltaicas que permiten el aprovechamiento de la luz, lo que lo convierte en un edificio pionero en sostenibilidad y respeto al medio ambiente.

El Palacio de Congresos cuenta con un auditorio principal, varias salas de conferencias, un área de exposiciones, varias salas multiusos, VIP y de prensa. Tiene capacidad para más de 3.000 personas y en él se han celebrado numerosas convenciones e importantes conferencias y congresos, tanto nacionales como internacionales.

Asimismo, el enclave dispone de cocina, en cuyos fogones se elaboran exquisitos platos de la cocina internacional, ecológica o menús verdes. También ofrecen los más reconocidos de la gastronomía valenciana, como la paella, cuya calidad culinaria es plenamente equiparable a la que ofrecen en una arrocería típica o restaurante de la Malvarrosa, donde a pie de playa se sirven los más tradicionales.

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