Naturaleza y vida en la Albufera de Valencia

Valencia es un destino turístico de gran afluencia de visitantes todos los años debido a sus amplias posibilidades. Su mayor reclamo: sus costas, sus playas y la gastronomía, pero también sus románticos atardeceres, como los que se puede descubrir desde un enclave de belleza única como el de la Albufera. Este humedal costero, situado a tan solo 10 km de Valencia, cuenta con un gran valor ambiental. Fue declarado Parque Natural en 1986.

Su importancia reside, en parte, en la gran riqueza de sus especies, especialmente de aves como el pato colorado, la garza o la cuchara común y también de peces, algunos en peligro de extinción, como el fartet o el samaruc. El Espejo del Sol, como lo llamaban los árabes, no sin motivos, es uno de los lugares más reclamados por turistas y autóctonos para disfrutar de las más bonitas puestas de sol.

Este emblemático parque está formado por seis matas o islotes que albergan la abundante vegetación existente, ya que además de su amplia fauna, cuenta con una flora excepcional compuesta de dunas litorales (con campanillas de mar, lentisco, aladierno…) saladares, zona de cañas y de bosque mediterráneo, con especies como el mirto, el tomillo, el enebro o el lentisco.

Su creación se originó como resultado del cierre de la bahía de la costa por un cordón litoral hace 1,8 millones de años. Está rodeado por más de 200km de arrozales, utilizados para abastecer el gran consumo de la zona. Todas sus particularidades convierten a la Albufera en un ecosistema único que irradia vida.

Completamos la visita reponiendo fuerzas en algún buen restaurante de la playa de la Malvarrosa de Valencia, donde probar las excelentes materias primas con las que cuenta esta tierra, convertidas en una suculenta paella. Una arrocería sería un buen punto y final a este bonito recorrido por uno de los lugares con mayor encanto de Valencia.

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