Hablar de Valencia es hablar de playa, arrocería y paella. Lo que quizás no sabe todo el mundo es que bajo su Catedral o la ciudad de las Artes, se encuentra toda una civilización romana y musulmana conviviendo con las fallas. El museo de la Almonia es uno de los mayores centros arqueológicos de Europa y uno de los grandes desconocidos para el turista en la ciudad. Sin embargo, los locales lo consideran la auténtica perla del Turia.
Más de 2500 m2 de historia antigua se pasean a sus anchas por el museo de la Almoina. Inaugurado en 2007, cuenta con piezas arqueológicas fechadas en épocas romanas, visigodas y musulmanas. En cifras, Valencia cuenta con más de 1000 monedas y 500 piezas de exposición. Parece que la ciudad, además de tener una arrocería muy rica, también lo era económicamente.
Pero el hallazgo, que ha tenido a expertos arqueólogos y antropólogos trabajando durante los más de 30 años de investigaciones, ha sido el descubrir una auténtica ciudad con edificios monumentales y elementos arquitectónicos que, a su vez, contaban con documentación de la época que confirmaba la existencia, historia y construcción de los mismos. Todo un descubrimiento para la historia de la ciudad que ahora pueden disfrutar todos aquellos que decidan pasar por la zona de la Catedral antes de ir a comer una de las mejores paellas en algún restaurante de la playa Malvarrosa.
Este museo se descubrió por casualidad. Su nombre, que en valenciano significa limosna, hace referencia a un centro de beneficencia que auspiciaba a los más desfavorecidos. Con la demolición del mismo y la retirada de escombros vislumbraron restos arqueológicos en lo que en su día fue centro neurálgico de la ciudad.
La Almoina es uno de esos lugares que refleja el sentimiento de una ciudad marcada por la influencia de culturas dispares que dejaron un legado formando lo que hoy supone Valencia.