Valencia es una ciudad perfecta para albergar turistas de todas las nacionalidades, tiene una temperatura ideal durante todo el año y se pueden visitar muchos lugares interesantes. Se puede elegir desde visitar su casco antiguo, hasta acercarse a una arrocería en la playa y degustar una exquisita paella en el magnífico Puerto de Valencia.
El Puerto de Valencia es uno de los más importantes en cuanto a tráfico comercial del Mediterráneo, y también acoge un tráfico regular de pasajeros dirigidos a todos los puntos de las costas mediterráneas.
Aunque la línea de la costa de Valencia fuera un obstáculo para la creación del puerto, debido a la carencia de abrigo natural, hay constancia de actividades comerciales desde el siglo VI antes de Cristo. Pero fue mucho después, en marzo de 1491 cuando el rey Fernando el Católico otorgó privilegios a un caballero valenciano y el emplazamiento del puerto empezó a explotarse propiamente como puerto.
A partir de entonces, se hicieron numerosas reformas para acondicionar debidamente el emplazamiento portuario. Durante el siglo XV se construyó el conocido «pont de fusta» y también se construyó la ampliación de las ataranzas. En el siglo XVII se concedió a Valencia el derecho de ser puerto de tráfico de mercancías para otros reinos, hecho que hizo que las obras de acondicionamiento del puerto tuvieran máxima prioridad y urgencia. Esta urgencia permitió que el puerto mejorara considerablemente para adaptarse a las necesidades del momento.
En el año 2005 y con motivo de la 32ª America’s Cup, el Puerto de Valencia hizo importantes transformaciones, entre ellas la separación de las zonas comerciales y de ocio.
En conclusión, el Puerto de Valencia es uno de los lugares más extraordinarios de la capital, con vistas maravillosas, y puede ser contemplado desde cualquier restaurante de la playa Malvarrosa degustando el plato típico de la ciudad, la paella.