El edificio Almudín de Valencia es, en la actualidad, un referente cultural de la localidad gracias a su intensa labor expositiva como museo. De hecho, en el año 1969 fue declarado monumento nacional. Tras haber sido utilizado durante mucho tiempo como almacén, desde el año 1908 hasta el año 1991 fue sede del Museo Paleontológico. Después sufrió un parón hasta 1996, momento en el que se aprovechó para su completa restauración hasta convertirse en lo que es hoy: un organismo dependiente del Ayuntamiento que alberga exposiciones temporales, de las que se disfruta como la playa misma.
Por el Almudín han pasado Eduardo Chillida y Yoko Ono
Aparte de por sus valiosas exhibiciones, el edifico brilla con luz propia por sus pinturas al temple de los siglos XVII y XVIII. Aunque sus orígenes se remontan a mucho tiempo atrás, en concreto, a plena Edad Media. Está elevado sobre un antiguo alcázar musulmán que en un principio se utilizaba como silo. Durante el XV y el XVI se fue ampliando y se le añadió el porche. En el siglo XVII se aprovechó para cubrir el antiguo patio interior, de modo que el edificio terminó por adoptar la forma basilical actual. Precisamente, en este interior se encuentran sus famosas pinturas murales de escenas costumbristas y religiosas.
Por todo lo anterior, el Almudín es una de las visitas obligadas para cualquier turista. Basta recordar los nombres de algunos de los artistas que han expuesto en sus salas: Eduardo Chillida, Yoko Ono o Salvador Dalí. Las temáticas etnográficas o históricas constituyen otra de las constantes de sus programadores culturales. Así, el Antiguo Egipto, los tuaregs, la Albufera o la Gran Riada han pasado por sus salas.
Después de haber disfrutado de un intenso día viendo de primera mano este museo, la Ciudad de las Artes y las Ciencias o el Miguelete de la catedral también resulta esencial pararse a reponer fuerzas en alguna arrocería o en un buen restaurante de la playa de la Malvarrosa, en Valencia.