Un viaje a Valencia requiere de cierta planificación que los más acelerados omiten, pues es bueno tener en cuenta que se puede hacer algo más que pasar por una buena arrocería. Muchos visitantes recalan en la ciudad transitando como una exhalación. Ven hoteles, visitan monumentos, todo rápido, y no hay tiempo de mirar con la atención que requieren las cosas más pequeñas. Así es fácil que a la mayoría se les escape visitar los tesoros que la ciudad esconde sin reclamar la atención que ostentan los lugares de inherente grandilocuencia.
La Galería del Tossal es una maravilla de la cultura musulmana
Valencia es una de esas ciudades cargada de historia que, desde su fundación, en tiempos del Imperio Romano, ha acumulado vestigios de los pueblos que contribuyeron a conformarla como se la conoce hoy, dejando testimonios arqueológicos a su paso y que son conservados para el disfrute de los ciudadanos. Por ejemplo, la Galería del Tossal es uno de estos tesoros emblemáticos que merece la pena visitar.
Bajo la plaza de mismo nombre, se encuentra una cripta arqueológica con el tramo de una muralla del periodo islámico, erigida en el siglo XII como defensa de Madinat Balansiya. Es una fortificación protectora de la Bab al-Hanax, también llamada Puerta de la Culebra. Ubicada al oeste de la medina, comunicaba con la necrópolis contigua al camino de Quart. Un valladar paralelo a la muralla hacía las veces de cloaca y foso defensivo. Es interesante fijarse en los Arcos que fueron construidos en el siglo XIV. Su función era la de sostener la bóveda que cubría el valladar y permitir la construcción por encima sin tener que alterar la conducción. Una maravilla de la cultura musulmana.
Después de satisfacer al gourmet que reclama acercarse a la playa para degustar una buena paella en un buen restaurante de la playa de la Malvarrosa, en Valencia,, un paseo por el centro histórico es una magnífica y digestiva opción.